Cuidados del perro - Alimentación

Para la alimentación del perro, resultan ideales los PIENSOS COMERCIALES; los de buena calidad son alimentos completos y equilibrados que no precisan de ningún suplemento de vitaminas o minerales. La comida casera, a menos que se prepare una ración equilibrada específicamente para el perro (son necesarios ciertos conocimientos nutricionales), está desaconsejada, tiende a producir alteraciones digestivas, apetitos caprichosos, facilita la aparición de sobrepeso, y aumenta los problemas dentales (sarro, gingivitis, mal aliento…).

Para elegir un pienso, debemos fijarnos en la etiqueta. Los ingredientes figuran por orden de cantidad (el primero es el que más hay….). Y su descripción también es indicativa de dicha calidad (no es igual “cereales” que “subproductos de cereal”, tampoco es igual “cereales” que “arroz, maíz…”. Lo mismo para “carne/subproductos animales/pollo”). A igualdad de precio puede haber importantes diferencias en la calidad de los ingredientes.

Para administrar la comida al cachorro, hay que consultar la tabla de peso/edad que viene en el envase, y dividir dicha cantidad en tres tomas hasta los seis meses, y en dos a partir de esa edad. Siempre debe darse a un cachorro un pienso adecuado a su edad, hasta los 8-24 meses de vida, según el tamaño que alcance de adulto (a más grande, más tiempo consumirá el pienso de cachorro).

Si no lo consume fácilmente, evitar la tentación de mezclar latas o “carne para perros” (bajan la calidad del alimento, desequilibrándolo, y producen apetito caprichoso, el perro termina por separar las bolas y comerse solo la carne), bocados apetitosos que aumenten el consumo de comida, o darle de comer con la mano o permanecer a la espera junto al perro mientras come. Este tipo de actitudes fomentan problemas futuros en la ingesta de comida, produciendo a medio plazo el efecto contrario al deseado (el perro cada vez come menos y peor el pienso).

Debe haber siempre agua limpia a disposición del perro.

Alimentarlo con restos es una mala costumbre que puede acarrear diversos problemas de salud, aun cuando al animal le gusten mucho esos restos. Un perro no es un cubo de basura, y darle ciertas comidas porque le gustan más no es adecuado, es un animal y no sabe lo que es más conveniente para él, esa es nuestra función.

EVITAR en todo caso DARLE HUESOS de cualquier especie, pues o bien se astillan, con riesgo de clavarse en el interior del perro, o bien producen un fuerte estreñimiento, más acusado cuanto mayor es el perro, que puede desembocar en obstrucción intestinal. Tan solo son admisibles los huesos de caña (previamente cocidos), que no pueden ser ingeridos pero le mantienen entretenido. Si consiguiera romperlos, hay que retirar los trozos.  

Es una información cedida por Irene Pérez - Clinica Veterinaria Pisueña

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